en Décima Espinela

¡Hipócrita, no me llores!



Dame en vida sinsabores
con tu singular manera
el día en que yo me muera
¡hipócrita, no me llores!


Tengo miedo a retratar
en mi semblante al fracaso
y no poder dar un paso
para adelante y triunfar.
Yo temo que a nuestro hogar
no vengan tiempos mejores,
si crees que mis temores
son infundados e insulsos
no refrenes tus impulsos
dame en vida sinsabores.


Te está saliendo barata
conmigo la convivencia
porque te tengo paciencia
pese a que eres una ingrata.
Tú pones cara de gata
y eres toda una pantera,
siempre tienes en salmuera
sinrazones y arrebatos
que usas para los maltratos
con tu singular manera.


Presumiendo de moderna
del hogar dejas el peso
por esto es que cuando ingreso
más parece una caverna.
Tu maldad sí que es eterna
en la vida pasajera,
junto con mi calavera
de ti mujer contumaz
voy a descansar en paz
el día en que yo me muera.


Ya me enteré que energía
tienes para las parrandas
y te llevan en volandas
cuatro de tu cofradía.
Puesto de daré algún día
mis últimos estertores
olvídate de las flores
que su sitio es el jardín
si aceleraste mi fin
¡hipócrita, no me llores!

© 2007 Luis Bárcena Giménez

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.