Rápidamente tu engaño
tomando forma y vigor
de mi vecino Melchor
¡llegó a tener el tamaño!
Parece nomás ayer
cuando vestida de blanco
pronunciaste ¡sí! a lo franco
pa’ volverte mi mujer.
La confianza impidió ver
tu comportamiento extraño
de nuestro casorio, al año
y contigo en cuatro patas
empezó sus cabalgatas
rápidamente tu engaño.
Aún me dan escalofríos
por tu manera de actuar
y ya no quiero pensar
en tantos amigos míos.
En los inviernos más fríos
también tenías calor
y siguiendo sin temor
tus instrucciones al pie
la traición en casa fue
tomando forma y vigor.
Sin sospechar de verdad
como le pasa a cualquiera
algo me decía que era
el gil de la vecindad.
Ajeno a mi voluntad
iba perdiendo el color
y en la frente, con dolor
por señalarme un fulano
supe tarde que era hermano
de mi vecino Melchor.
Tú ganaste mucha audiencia
y lo que otro te ofreció
al mismo tiempo que yo
gané una mala experiencia.
Prosigue con la creencia
de que burlado me amaño
y no te piques si el daño
un día te lo reintegro
¡carajo! que de ese negro
¡llegó a tener el tamaño!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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