en Décima Espinela

La memoria del sabor


La memoria del sabor
por experiencia lo digo
solo se obtiene comiendo
con un familiar o amigo.


La jama puede ser buena
y el ambiente muy lujoso
pero si no hay lo armonioso
al olvido se condena.
Pues no es la opípara cena
regada con lo mejor
no es cuchara y tenedor
ni se basa en la opulencia
porque tiene otra exigencia
la memoria del sabor.


El sabor suele empezar
con la grata compañía
y ese rato de alegría
jamás se puede olvidar.
Yo siempre busco no estar
de un mal entorno al abrigo
pues si como pan de trigo
con queso y con jamonada
no le siento gusto a nada
por experiencia lo digo.


La diferencia abismal
se trata de disfrazar
con un convite a cenar
en el círculo social.
Una comida frugal
no es un banquete estupendo
y sabe aquel que va oliendo
que cuando comida encuentre
la complacencia de vientre
solo se obtiene comiendo.


En un ambiente falsario
que a la tripa no divierte
la comida se convierte
en problema alimentario.
Y puesto que es necesario
prevenirlo del serpigo
pa’ contentar al ombligo
además de departir
el gusto está en compartir
con un familiar o amigo.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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