Es cierto que el tiempo pasa
que no nos damos ni cuenta
y cuando este se presenta
el recuerdo lo acompasa.
Yo evitaba el ir a casa
por tu imagen añorada,
mi alma en amor escorada
pasó minutos por miles
y en mis años juveniles
tu portal fue mi morada.
Ninguna importancia resto
a oportuna remembranza
pues puedo ver mi semblanza
dueña de loable gesto.
Con mi amor estaba presto
para cualquier temporada
allí me dio la alborada
en mi original exilio
para guarecer mi idilio
tu portal fue mi morada.
Grandezas nunca tuvimos
y pese a las aflicciones
nos sobraban ilusiones
que en alto las mantuvimos.
Amándonos compartimos
la seriedad y humorada,
y en toda tarde dorada
que ofrece el sol en verano
mi mente evoca de plano
tu portal fue mi morada.
Como verás, mi conciencia
no olvidó al primer amor
que se convirtió en clamor
hacerte esta confidencia.
A veces por mi presencia
se te veía azorada,
como toda enamorada
me diste cielo e infierno
de un invierno a otro invierno
tu portal fue mi morada.
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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