en Décima Espinela

Bailando alegre guaracha



Encontré al cura Manuel
con una linda muchacha
bailando alegre guaracha
en el salón del burdel.


Aquí te cuento estimado
no me lo tomes a chanza
yo fui de punta de lanza
porque siempre fui lanzado.
Estaba yo entreverado
con soldados del cuartel,
me puse como un papel
casi me quedo pasmado
en sitio menos pensado
encontré al cura Manuel.


Era el mismo santurrón
pero en diferente arena
ya tú vieras ¡qué morena!
centraba de él la atención.
No dio bola al pantalón
que se le hizo una bombacha,
sin tener la crisma gacha
a nadie disimulaba
que chévere la pasaba
con una linda muchacha.


Como zorro por su cueva
la cola ¡qué bien movía!
pues la chica que tenía
en el ambiente era nueva.
Aprovechando que la Eva
estaba media borracha,
de la obscenidad el hacha
sacó sin remordimiento
y la usaba con gran tiento
bailando alegre guaracha.


Yo quería a la bacana
¡todos querían lo mismo!
y junto tanto erotismo
sonaba como campana.
No fue noche de sotana
ni del profeta Ezequiel,
así se llevó el laurel
bien bebido, bien gozado
y por todos envidiado
en el salón del burdel.

© 2004 Luis Bárcena Giménez
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