De épocas inmemoriales
hasta los tiempos presentes
demuestran que son más gentes
toditos los animales.
El hombre, de propios males
es un mísero cautivo,
yo no vivo, ¡sobrevivo!
al buscar en quién creer
por eso quiero volver
al estado primitivo.
La fiera suele correrse
ni bien le siente el olor
con él, para dar dolor
ella no puede atreverse.
No queda sino moverse
en “humano colectivo”,
en lo posible yo esquivo
si no puedo ¡me revuelvo!
y en ese momento vuelvo
al estado primitivo.
Con facilidad condena
con el tormento del potro
y procura tener a otro
con la bola y la cadena.
Si nos aflige una pena
es el menos compasivo
pero es comunicativo
cuando se encuentra en problemas
y yo vuelvo sin dilemas
al estado primitivo.
Como que nací en la loma
me conozco esta jugada
que después de una chanchada
ni por el vuelto se asoma.
Y pintando la paloma
con su hojita de olivo
busca o inventa el motivo
para seguir atacando
por eso estoy reculando
al estado primitivo.
© 2004 Luis Bárcena Giménez
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