en Décima Espinela

Teniendo al lado un blandengue



Teniendo al lado un blandengue
la mujer se sobrepasa
sale sola ella de casa
a bailar salsa y merengue.


Hay un tipo que está en nada
con respecto a su mujer
porque es su forma de ser
más suave que la pomada.
Vive cual rata asustada
temiendo que esta se vengue
si ella grita ¡tienes dengue!
el tonto se desespera
y puede hacer lo que quiera
teniendo al lado un blandengue.


Y al servir este de esclavo
como que se llama Vilma
impunemente le esquilma
hasta el último centavo.
En Navidad come pavo
y diario ¡pollo a la brasa!
para ordenar no es escasa
de labia ni perorata
y mientras que el hombre acata
la mujer se sobrepasa.


Él piensa en el matrimonio
y trabaja con ahínco
pero a partir de las cinco
ella piensa en patrimonio.
Se pone como un demonio
si el pisado se retrasa
dice en serio y no por guasa:
¡pa’l cautiverio, la fea!
sea la hora que sea
sale sola ella de casa.


Es adicta y es adepta
a tumbadora y timbal
y un sonido musical
a gran distancia intercepta.
De pelafustán no acepta
un convite al bullarengue
pero si es un “cheverengue”
quien le hace la invitación
ella sale hecha un ciclón
a bailar salsa y merengue.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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