Oí decir a mi abuelo
del río, en la misma orilla:
Empieza el peruano suelo
¡por el norte, en Zarumilla!
Tumbes también tiene historia
que sus hijos escribieron
y en la contienda vencieron
conociendo así la gloria.
Y si yo hago memoria
hacia el pasado alzo el vuelo
sin que se me caiga el pelo
con ardor en la trinchera
yo defendí esta ribera
oí decir a mi abuelo.
Se quitó el viejo sombrero
que le cubría las canas
como si tuviera ganas
de fajarse en el estero.
¡Nuestro Perú está primero!
dijo alzando su cuchilla,
si otra vez la pesadilla
viniera a la tierra mía
a luchar yo volvería
del río, en la misma orilla.
Y llamo a los tumbesinos
a que cuiden su riqueza
no sea que a otra mesa
lleven nuestros langostinos.
Expreso así a los vecinos
por mi país el gran celo,
igual que el gallo Carmelo
defiendo playas y mares
porque desde los manglares
empieza el peruano suelo.
Por los cerros de Amotape
que un paraíso atesora
por rica y variada flora
la fauna no busca escape.
Pero que nadie te atrape
que la respuesta es sencilla,
con un sol que siempre brilla
la frontera del Perú
empieza, no olvides tú
¡por el norte, en Zarumilla!
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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